A veces, sueño.

Era un día triste, nublado para ser más clara. Me levanté a cerrar las cortinas que eran cómplices de los rayos de luz al despertarme, encendí la radio y me acomodé sobre la cama. Lo último que recuerdo es que cerré los ojos sin protestar y me fui de viaje permaneciendo en el mismo lugar. Te vi desde lejos sentado en aquella banca con la mirada baja sombra de unos hermosos ojos apenados, pretendí detener el vuelo y acercarme pero se hacía imposible provocar que tu mirada viera más allá del suelo que pisan tus pies, en ese momento entendí que aunque estuviese a tu lado me sentiría distante,a veces duele entender pero es necesario aceptar que las cosas se ponen difíciles, a veces no es sólo cuestión de querer y nada más, a veces hay que tomar aire, tragarte las palabras que quedan por decir y despedirse con una simple mirada cuidando de no decir más allá de los que tus labios quieren callar, cuando la situación en la que estás no se lleva bien con la has estado soñando. De pronto siento un suave escalofríos subir por mis pies, extraño e intrigante a la vez que me obliga a abrir los ojos...

-Hola, hasta que al fin despiertas... Sólo entré para recordarte que ¡Te amo!.